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¨Valórame¨ es un instrumentos para la evaluación de las situaciones de riesgo,
desprotección y desamparo de la infancia en Andalucía cuyo origen está fundamentado
en la necesidad de unificación de criterios en las valoraciones obtenidas. La utilización
de estos test estandarizados genera una mayor consistencia en las valoraciones de los
sujetos y disminuye el error que pueda ocurrir en estas medidas. En particular, este
instrumento incide en la situación real del niño, el daño que haya podido sufrir y su
bienestar. Estos tres puntos se consideran como determinantes a la hora de valorar las
situaciones de desprotección (Molina Facio & Martínez Bermúdez, 2016).

La parentalidad positiva se define como el comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, es decir, el comportamiento de los padres enfocado al correcto desarrollo del niño. Esta forma de ejercer la paternidad se fundamenta en la necesidad de crear relaciones positivas dentro del ambiente familiar, ofreciendo un cuidado basado en el afecto, el apoyo, la comunicación, la tolerancia, etc.

Pero, ¿todos los padres y madres poseen este tipo de conocimientos o habilidades, y son capaces de aplicarlos correctamente?

Es muy probable que muchas familias no dispongan de los conocimientos necesarios para poder lograr una parentalidad positiva y favorecer el desarrollo de su hijo. Por ello, es importante los diversos programas comunitarios destinados a subsanar esta falta de conocimiento y favorecer así el desarrollo de los hijos.

Se ha podido comprobar que tras la aplicación de alguno de estos programas a las familias, la crianza del hijo ha mejorado. Estas familias han llegado a alegar después de disfrutar de los programas, que han adquirido conocimientos nuevos sobre la crianza y que ahora se veían más preparados para ejercer su labor como padres.

Vargas-Rubilar, J., Richaud de Minzi, M. C. & Oros, L. B. (2018). Programa de promoción de la parentalidad positiva en la escuela: un estudio preliminar en un contexto de vulnerabilidad social. Pensando Psicología.14(23), 1-15.

¿Qué factores influyen en la resiliencia? ¿Cuáles de ellos influyen positivamente? ¿ Y cuáles negativamente?

Para resolver estas cuestiones es necesario definir la resiliencia. Podría decirse que es la capacidad de las personas para sobreponerse ante la adversidad. Se distribuye de manera bastante homogénea, lo que indica que no existe un determinismo evolutivo o social, una buena noticia a la hora de querer trabajar con ésta.

Se han encontrado seis variables con el pronóstico desfavorable en familias biparentales:

· El nivel de impacto para el desarrollo del menor, oposición de la madre a la intervención, cronicidad del caso, ausencia de expectativas del padre y de la madre para el futuro del hijo/a y la dependencia del padre a los servicios sociales

Se han encontrado tres variables con el pronóstico relación directa con el pronóstico favorable en familias biparentales:

· Resiliencia del menor, motivación de la madre para el cambio, cooperación de la madre con los servicios sociales.

Se han encontrado seis variables con el pronóstico desfavorable en familias monoparentales:

· Nivel de impacto para el desarrollo del menor, oposición a la intervención, problemática transgeneracional, nivel medio/alto de riesgo psicosocial, ausencia de expectativas para el futuro del menor y dependencia de los servicios sociales.

Se han encontrado tres variables con el pronóstico favorable en familias monoparentales:

· Motivación para el cambio, cooperación con los servicios sociales. y conciencia del problema.

Como conclusión de estos resultados podemos decir que la combinación de indicadores entre distintos tipos de familia son bastante parecidos. Algo positivo ya que significa que los puntos a abordar son bastante parecidos aunque cambie la estructura y e modelo familiar. Esto nos ayuda al diseño de programas de intervención, ya que no hace falta implementar diseños distintos para que puedan ser efectivos. Por tanto, teniendo en cuenta que la combinación de indicadores entre distintos tipos de familia se puede concluir con que la variación no es significativa.

Rodrigo López, Mª.J., Camacho Rosales, J.,  Máiquez Chávez, Mª.L., Byrne S., & Benito Cruz J. M. (2009). Factores que influyen en el pronóstico de recuperación de las familias en riesgo psicosocial: el papel de la resiliencia del menor. Psicothema, 21(1), 90-96. 

¿Cómo podríamos medir los problemas conductuales y emocionales, así como las competencias psicosociales de niños y adolescentes?

El Youth  Self-Report  for Ages 11-18 es un instrumento diseñado para evaluar competencias sociales, comportamientos problemáticos y conductas socialmente deseables. Las conclusiones que presentaré a continuación son resultado del cuestionario previamente mencionado a 961  adolescentes que cursan Enseñanza Secundaria de la provincia de Granada.

· Las mujeres obtienen una media en el total de conductas problema significativamente más alta que los hombres.

· Las conductas problema aumentan a medida que avanza la edad.

· Los jóvenes procedentes de  Ciclos Formativos (además de puntuar significativamente más alto en determinadas escalas sindrómicas) presentan una mayor puntuación en conductas problema que los alumnos de la ESO.

· Aquellos adolescentes que tienen pareja , muestran comportamientos socialmente deseables y que los que no tenían pareja.

· Las mujeres puntúan significativamente más alto que los hombres en depresión/ansiedad,  quejas somáticas y problemas de atención

· Los hombres puntúan más alto en conducta delictiva y conducta agresiva.

Es destacable también hablar de contradicciones en los resultados de este experimento:

Por ejemplo, en cuanto a esta afirmación » Las mujeres obtienen una media en el total de conductas problema significativamente más alta que los hombres» existe abundante literatura que evidencia lo contrario. Lo mismo ocurre con la edad. en este estudio se concluye con que la edad y las conductas problema aumentar proporcionalmente, a diferencia de estudios realizados previamente que demuestran lo contrario.

Aun así hay muchas evidencias que la literatura científica y previos estudios apoyan, por tanto, podemos concluir diciendo que son interesantes los resultados de este experimento y un punto muy positivo el hecho de que la muestra sean adolescentes de Granada, ya que esa cercanía puede ofrecer una foto más detallada de lo que es nuestra realidad y la de los adolescentes que viven en ella.

Zubeidat, I., Fernández-Parra, A., Ortega, J., Vallejo, M.A., & Sierra J.C. (2009). Características psicosociales y psicopatológicas en una muestra de adolescentes españoles a partir del Youth Self-Report/11-18. Anales de psicología, 25(1), 60-69.

¿Que haces cuando acude a ti una familia en riesgo psicosocial? Pues primero de todo tenemos que ver quienes son los integrantes de esta familia, si es una familia heteronormativa, si es monoparental… y sobre todos los hijos e hijas que edades tienen. No es lo mismo diseñar una intervención para una familia con niños pequeños, que si son preadolescentes o adolescentes. Pero, más allá de esto, la mayoría de veces no se realizan intervenciones puntuales, sino que se requieren diseños a largo plazo que aseguren que las familias no solo mejoran ahora, sino que están bien el futuro.

Por eso, entre otras cosas, vamos a hablar de un análisis evolutivo que péndula desde la infancia hasta la adolescencia. Pero primero aclararemos, ¿que es un análisis evolutivo? Bien, pues se trata de fijarse en el ciclo vital de las personas, las diferentes etapas de la vida, y lo que hombres y mujeres buscamos y necesitamos desarrollar en cada una de ellas para sentirnos realizados. En otras palabras, se estudian a los individuos por separado y sus relaciones con el entorno y el contexto que viven, con el objetivo de mejorar tanto las relaciones sociales como las individuales.

Este caso se centra sobre todo en los menores y en como hacen su desarrollo dentro de los servicios sociales, pero no puedes acercarte al menor si infiltrarte en su familia, así que se busca la prevención y el fortalecimiento familiar para poder ofrecer a los menores un desarrollo positivo.

Además de esto también vemos el uso de auto-percepción del rol parental. Y, ¿que es esto? os preguntareis, pues se trata de como los padres y madres se ven a si mismos como padres, de su nivel de autoestima entre otros, de verse preparados para ejercer de padres y hacerlo de manera responsable.

¿Que podemos sacar en conclusión de todo esto? Varios puntos, veamos de uno en uno.

1. Que para el correcto desarrollo de un menor que se encuentra en contextos familiares de riesgo es esencial tener en cuenta no solo el contexto en si, sino la edad que tiene, ya que la intervención puede dirigirse desde muchas perspectivas pero no todas van a ser adecuadas.

2. Hay que tener en cuenta no solo las necesidades del menor en estos momentos, con la edad con la que comienza la intervención, sino que hay que pensar en como influenciara a su próxima etapa y como se le va a ayudar cuando llegue.

3. Dentro del contexto familiar, los padres son un apartado clave, sobre todo saber cual es la opinión que tienen sobre ellos mismos como padres y como de preparados están para hacerse cargo de sus hijos adecuadamente.

Jiménez, L. (2009). Crecer en contextos familiares en riesgo psicosocial: análisis evolutivo durante la infancia y la adolescencia (Doctoral dissertation, Universidad de Sevilla).

En aquellas familias en situación de riesgo psicosocial, donde son frecuentes los momentos de estrés y la preocupación de la familia se centra en otros aspectos, podrían no darse las condiciones que favorecen una interacción eficaz y una estimulación adecuada del desarrollo del hijo/a. 

Posibles predictores de esta interación podrían ser:

• Prácticas y metas educativas
• Representación de la acción
• La percepción que hijos e hijas tienen de las metas y las prácticas de sus padres.

Prácticas:  En las familias en riesgo psicosocial, los padres suelen desarrollar prácticas educativas relacionadas con la permisividad, la negligencia y la coerción. Por otro lado, las madres negligentes se caracterizan por dar menos instrucciones a sus hijos/as, tener un menor nivel de actividad y estimular menos a sus hijos durante la interacción

Metas educativas: existen diferencias entre las diferentes madres. Aquellas madres que maltratan, plantean las metas a corto plazo y centrados en sus intereses.

Representación de la acción : al igual que antes encontrabamos metas a corto plazo, ahora la representación de las acciones se hace meramente descriptiva. Esto dificulta la comunicación y el posterior entendiiento e interiorización de la tarea en la que interactúan madre e hijo.

La percepción que hijos e hijas tienen de las metas y las prácticas de sus padres.  

Las prácticas educativas basadas en la coerción y la negligencia fomenta un aprendizaje escaso sobre el valor y predictibilidad de las metas educativas de las madres. Esto provoca una gran confusión en los menores que se ven imitando acciones sin entender el significado y repercusiones que estas van a tener en él.

Pero, ¿qué podemos hacer?

En los programas de educación parental con familias que se encuentren en riesgo psicosocial será importante tratar de disminuir las prácticas de crianza coercitivas y restrictivas dotándoles de las herramientas necesarias para llevar a cabo prácticas de crianza más adaptativas. A su vez, deberemos trabajar para que la madre mejore la verabalización de sus comportamientos redirigiéndolos a metas y facilitando así una mejor percepción por parte de los hijos del mensaje de los padres.

Por ello será igual de importante el cambio en las prácticas de crianza como el asegurar que la transmisión de los mensajes es adecuada debido a la importancia que esta guarda en relación a una interacción positiva madre-hijo.

Álvarez Lorenzo, M., Rodrigo López, Mª. J., & Rodríguez Suárez, G. (2017).
Predictores de una interacción eficaz entre madre e hijo/a en contextos de riesgo
psicosocial. Universitas Psychologica, 16(1) 1-10.

Una buena educación en los hijos es primordial para la existencia de una buena relación familiar. Pero, ¿cómo de importante es la educación que se le pueda aplicar a los progenitores para llevar a cabo de una manera adecuada su paternidad?

Para comprobar si esta educación en los padres resultaba positiva, se hizo un experimento donde se tomarían los resultados de los padres antes y después de la aplicación del Programa de Apoyo Personal y Familiar para Familias en Riesgo Psicosocial.

Los resultados fueron positivos, se comprobó que una vez se ha pasado por este programa los resultados de los padres mejoraban en lo que a sus capacidades parentales se trataban.

En conclusión, para el buen funcionamiento del ambiente familiar es primordial la existencia de unos buenos conocimientos de educar por parte de los padres, aparte de los aspectos que puedan incluir al hijo.

Peña, M., Máiquez, M., & Rodrigo, M. (2014). Efectos de la inclusión de
contenidos de desarrollo personal en un programa de educación parental para
familias en riesgo psicosocial. Anales de psicología, 30(1), 201-210.