La familia es una parte fundamental para que los niños se desarrollen de forma óptima.

Las competencias parentales son el resultado de un ajuste entre las condiciones psicosociales en las que vive la familia, el escenario educativo que los padres han construido para ellos y las propias características del menor.
Podemos estructurar las competencias parentales (tomado de Rodrigo et al., 2008) necesarias en cinco categorías de habilidades:
Habilidades educativas:
- Calidez y afecto en las relaciones y reconocimiento de los logros evolutivos alcanzados a la medida de sus posibilidades.
- Control y supervisión del comportamiento del menor gracias a la comunicación y fomento de la confianza en sus buenas intenciones y capacidades y organización de actividades de ocio con toda la familia.
- Estimulación y apoyo al aprendizaje: fomento de la motivación, proporcionar ayuda contingente a las capacidades del menor, planificación de las actividades y tareas, orientación hacia el futuro e implicación en la educación formal.
- Actitud ética ante la vida y la educación en valores.
- Adaptabilidad a las características del menor: capacidad de observación y flexibilidad para ajustarse a los campos evolutivos, perspectivismo (capacidad de ponerse en el lugar del otro), autocorrección ante los errores…
- Autoeficacia parental: percepción de las propias capacidades para llevar a cabo el rol de padres.
- Locus de control interno: percepción de que se tiene control sobre sus vidas y capacidad de cambiar lo que ocurre a su alrededor que deba ser cambiado.
Habilidades de agencia parental:
- Acuerdo en la pareja: se acuerdan con la pareja los criterios educativos y los comportamientos a seguir con los hijos.
- Percepción ajustada del rol parental: se tiene una idea realista de que la tarea de ser padres implica esfuerzo, tiempo y dedicación.
- Reconocimiento de la importancia de los progenitores en el bien realista del menor.
Habilidades de autonomía personal y búsqueda de apoyo social:
- Implicación en la tarea educativa.
- Responsabilidad ante el bienestar del niño.
- Visión positiva del niño y de la familia.
- Buscar ayuda de personas significativas con el fin de complementar el rol parental en lugar de sustituirlo o devaluarlo.
- Identificar y utilizar los recursos para cubrir las necesidades como padres y como adultos.
- Búsqueda de ayuda de personas significativas y/o instituciones cuando tiene problemas personales y/o con los hijos.
- Confianza y colaboración con los profesionales e instituciones que les quieren ofrecer apoyo y ayuda.
Habilidades para la vida personal:
- Control de los impulsos.
- Asertividad.
- Habilidades sociales.
- Estrategias de afrontamiento ante situaciones de estrés.
- Resolución de conflictos interpersonales.
- Capacidad para responder a múltiples tareas y retos.
- Planificación y proyecto de vida.
- Visión óptima y positiva de la vida y de los problemas.
Habilidades de organización doméstica:
- Administración eficiente de la economía doméstica.
- Mantenimiento de la limpieza y orden de la casa.
- Higiene y el control de salud de los miembros de la familia.
- Preparación regular de comidas saludables.
- Arreglos y mantenimiento de la vivienda.
Rodrigo López, M. J., & Martín Quintana, J. C. (2009). Las competencias parentales en
contextos de riesgo psicosocial. Intervención Psicosocial, 18(2), 113-120.
